Exilios / Linda Kohen

12 de mayo - 20 de agosto 2023

A cincuenta años de la dictadura militar, nos propusimos exponer la obra de Linda Kohen en el Museo Blanes, motivados por tres razones: su arte, sus exilios y su condición de mujer artista.

La obra de Linda presenta una iconografía poderosa que lleva al espectador a enfocarse en los conflictos que se descubren en sus pinturas, los exilios, los viajes, y en consecuencia las soledades que los primeros pueden ocasionar. Todo en su obra sugiere un mundo de ausencias. Sus cuadros presentan camas y sillas vacías, espacios desolados y personas solitarias. Objetos de la vida cotidiana que son testigos de esas partidas. La propia artista se refiere al sentido de su obra: la soledad, la muerte y el exilio, la ruptura con el lugar de origen y la sensación de desarraigo.

El espacio y tiempo en la obra de la artista está presente, ella transmite la idea de lugares que han quedado vacíos y en silencio, de personas que partieron. Este tiempo presente en la obra es casi cinematográfico, permitiéndonos adentrarnos en ella y seguir el recorrido que la artista propone o imaginar los recorridos de destino incierto que esas personas han tenido que hacer. Las mesas vacías o las camas desiertas sugieren la ausencia de uno o de muchos, una reflexión sobre la soledad impuesta y la pérdida de arraigo.

El lenguaje austero y despojado de la artista contribuye a una experiencia visual intensa, de atmósferas logradas con paletas de colores restringidas y con pinceladas bien definidas, potentes, importantes, cuestionadoras, que nos interpelan más allá del mero disfrute estético. Pocos objetos presentes en el plano destierran todo tipo de ornamento, los objetos necesarios que allí están son personales, cotidianos y reales, elementos solitarios y aislados en el espacio manifiestan lo femenino de la artista. Para ella, en tanto mujer, los objetos de la vida cotidiana podrían tener un significado que asocia el hogar a lo femenino, pero por el contrario la austeridad de su representación expresa un conflicto subyacente. La poética de la artista denuncia, desvela, delata el significado de esos objetos familiares.

Vasos, platos, copas, camas son cuidadosamente seleccionados para ser puestos en valor en estas escenas diarias, representando la ausencia de las personas que los usan. Expresando una intimidad que se rebela y que dialoga con el observador, una invitación a internarse y llenar esos vacíos.

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